La Declaración de la 3ª Conferencia Mundial Ministerial sobre Seguridad Vial, celebrada en Estocolmo en febrero de 2020, recomendaba «acelerar el cambio hacia modos de transporte más seguros, limpios, eficientes energéticamente y asequibles, y promover mayores niveles de actividad física, como caminar y andar en bicicleta, así como integrar estos modos con el uso del transporte público para lograr la sostenibilidad». La bicicleta, por tanto, puede también contribuir de manera muy positiva a los retos de la Agenda 2030 de Naciones Unidas, impulsando mejoras en los Objetivos de Desarrollo Sostenible en los que tanto Europa como España deben aplicar un mayor esfuerzo en los próximos años.
En esta línea y en consonancia con las recomendaciones de la citada Conferencia Mundial, la DGT considera que hay razones suficientes para apoyar la movilidad ciclista en un momento, como es este de la pandemia, donde muchos ciudadanos han empezado a desplazarse en este medio de transporte y a sacar el máximo partido a la bicicleta. Los beneficios para la salud son conocidos por todos, ya que su uso mejora la movilidad y los desplazamientos; se mantiene la distancia de seguridad sanitaria establecida para evitar la propagación del virus; se hace ejercicio mejorando la salud física y mental y se contribuye a hacer ciudades más sostenibles.
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