«Me permito recordar a las autoridades que hemos abrazado, como el resto de la Unión Europea (UE), la visión “cero”, lo que significa cero siniestros graves y cero víctimas en 2050. A este paso será difícil que lo consigamos. Y la reforma de la Ley de Tráfico, que contiene algunos aspectos interesantes, es demasiado tímida con respecto al aprendizaje de la conducción. Es dudoso que vaya a remitir considerablemente la siniestralidad vial grave con las medidas propuestas.

»En nuestra opinión debería aprovecharse el trámite parlamentario para incluir la sensibilización y la concienciación presenciales y obligatorias en la enseñanza de la conducción y, si nos apuran, también el reciclaje de los conductores veteranos. Señores parlamentarios: sean valientes y reformen la enseñanza de la conducción, porque cuanto mejor formemos a los aspirantes al permiso, más contribuiremos a la pacificación del tráfico y menos víctimas habrá. No aplanaremos la curva de la siniestralidad vial si no redoblamos la apuesta por la enseñanza».

Lorca insiste en que «las cifras de muertos y heridos graves en nuestras carreteras son aún muy preocupantes. Es terrible el precio en vidas humanas que se cobran los siniestros viales, pero la intolerable sangría en las carreteras también es muy perjudicial desde el punto de vista económico.

»España aún pierde cada año por el mencionado motivo en torno al 1% de su Producto Interior Bruto –PIB– (o sea, unos 10.000 millones euros). Es insostenible. Por supuesto, el drama humano resulta incalculable».


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