Es una de las conclusiones la comparativa anual realizada por Facua-Consumidores en Acción entre las tarifas de las capitales de provincia más Ceuta y Melilla en el que se pone de manifiesto que, en 2020, Madrid, San Sebastián y Barcelona son las ciudades con las tarifas de autobús más caras de las 51 analizadas.

El estudio abarca las capitales de provincia (salvo Pontevedra, que no cuenta con un sistema de autobús urbano como tal) más Ceuta y Melilla, un total de 51 ciudades.

De media, viajar en autobús utilizando un bonobús o tarjeta recargable similar con transbordo (el que ofrecen 43 de las 51 ciudades analizadas) cuesta 0,78 euros, lo que supone una subida del 2% respecto de 2019, cuando la media se situó en 0,75 euros.

Un usuario puede ahorrar, de media, hasta un 37,4% si utiliza un bonobús con transbordo en lugar del billete sencillo o univiaje.

Resulta llamativo el caso de Cáceres, que incluye por primera vez esta categoría en sus tarifas, y sin embargo, mantiene el mismo precio que cuando se utiliza un viaje sencillo, esto es, 1,10 euros, con la posibilidad, eso sí, de hacer transbordo (algo que no permite el billete ordinario).

El trayecto con esta tarjeta más caro es el de Madrid (1,83 euros), que mantiene el precio de 2019, seguido por San Sebastián (1,26 euros), Barcelona (1,14 euros), Cáceres y Girona (1,10 euros) y Lleida (1 euro). Es destacable en el caso de San Sebastián y Barcelona, la puesta en funcionamiento de numerosos títulos con reducciones de precios para diferentes perfiles de usuario aparte del clásico bono de 10 viajes, que son considerados como títulos de transporte para viajeros poco frecuentes, con la intención de fomentar el uso del transporte público y desincentivar, asimismo, el uso del vehículo privado en los desplazamientos dentro de la ciudad y zonas metropolitanas.

Los viajes más baratos se encuentran en Palencia (0,50 euros), Logroño (0,53 euros), Ávila (0,55 euros), Salamanca (0,59 euros), Vitoria y Segovia (ambas, 0,60 euros).

En cuanto a los viajes efectuados con bonobús sin transbordo (que es posible en sólo 15 de las 51 ciudades incluidas en el estudio), Palma de Mallorca es la ciudad más cara (1,50 euros). Esta modalidad de viaje ha subido en la capital de las Baleares un 50% desde el último análisis efectuado por Facua. Le siguen Madrid (1,22 euros), Huesca (0,85 euros), Cáceres, Melilla y Teruel (las tres con una tarifa de 0,80 euros) y León y A Coruña (ambas, 0,75 euros). De media, el viaje cuesta 0,78 euros -una subida del 4,9%.

En general, las tarifas analizadas (billete univiaje, bonobús con o sin transbordo, tarjeta mensual y billete nocturno) se mantienen sin grandes cambios desde en 2019. Sin embargo, Facua ve llamativa la subida de tarifa en el billete sencillo en ciudades como Palma (33,3%) y Lleida (45,8%), encaminadas a incentivar un mayor uso de las diferentes modalidades de abono y, relacionado con esto, un mayor uso del autobús (transporte público).

En Palma sube también el bonobús sin transbordo (un 50%), pero se amplía la oferta de bonos de otros tipos para los viajeros que utilizan con mayor frecuencia el autobús. Es interesante también, en este sentido, la bajada de tarifa del abono mensual en Barcelona (25,9%) y Las Palmas (16,7%), con la misma motivación.

La asociación considera positivo que, en ciudades con un importante número de desplazamientos diarios, se modifiquen los títulos de viaje para fomentar el uso del transporte público, siempre que ese cambio que, de alguna manera, tiene en cuenta un mayor número de perfiles de usuario, vaya acompañado de una mejora en el servicio con un aumento de frecuencias de paso, entre otras cuestiones.

En el caso de Barcelona, han introducido además numerosas bonificaciones, como la gratuidad del uso del autobús hasta los 16 años, o diferentes bonos multipersonales, entre otros, uno especial para situaciones especiales de contaminación. Destaca la Tarjeta Verde, que ofrece la posibilidad de viajar gratis en transporte público durante tres años a aquellas personas empadronadas en el ámbito de la ATM (Autoridad de Transporte Metropolitano) que acrediten el desguace reciente de un vehículo contaminante y que se comprometan a no adquirir otro durante el periodo de vigencia de la tarjeta.

En Palma, también se ofrece la gratuidad a los menores hasta 16 años empadronados en la ciudad, así como diferentes modalidades de abonos mensuales progresivos (con viajes más baratos conforme más se viaja).

Este es el mismo caso de algunas otras ciudades, como A Coruña, San Sebastián, Tarragona y Girona. En estas dos ciudades (así como en Lleida) además, conviven los títulos de transporte municipales con los comarcales, que ofrecen una gran variedad de billetes multiviajes.

Facua valora la introducción de otras vías de incentivar el uso del transporte urbano, como la posibilidad de utilizar el título de transporte de una ciudad en otras capitales de provincia. Es el caso del País Vasco, donde las tres tarjetas monedero de las capitales de provincia (Mugi en San Sebastián, BAT en Vitoria y Barik en Bilbao) son válidas en los tres sistemas de transporte (aunque varían las tarifas de uso).

La asociación destaca también el esfuerzo de algunos servicios de transportes urbanos para unificar títulos de transporte y permitir a los usuarios utilizar una única tarjeta en autobuses y otros medios de transporte, como trenes de cercanía, metro (en el caso de contar con este servicio) o en autobuses interurbanos. Es el caso de nuevo de las tres provincias catalanas mencionadas anteriormente, pero cada año se suman más ciudades a esta nueva modalidad.

Facua lamenta que todavía haya numerosas capitales de provincia donde el único bono existente excluya la zona interurbana, pese a que la realidad urbanística actual muestra que la población que vive en los alrededores de las capitales y se desplaza hacia ellas u otros municipios a diario a sus centros de trabajo o estudio es un fenómeno creciente, no sólo en las grandes urbes. La asociación considera que una mayor integración de títulos y tarifas facilitaría el uso del transporte público y descongestionaría de tráfico los principales accesos a las ciudades en horas punta.

La tarjeta que se oferta para el periodo de un mes, en la mayoría de los casos con un número ilimitado de viajes, se ofrece en 35 de las 51 ciudades incluidas en el estudio. Su tarifa oscila entre los 15 euros de Albacete y los 54,60 euros de Madrid, mismo precio que en los dos últimos años. La tarifa media es de 34,45 euros, un 1,4% menos que en 2019.

A Madrid le siguen, como ciudades más caras, Girona (47 euros), Valencia (45 euros), Oviedo (42 euros) y Granada (41 euros). Las más baratas tras Albacete son Ciudad Real (20 euros), Soria (21,50 euros), Ávila (22 euros) y Salamanca (22,05 euros). Las cinco mantienen tarifas de 2019 y repiten como ciudades más baratas en esta categoría.

En el esfuerzo por facilitar el uso del transporte público, todas las ciudades contemplan la gratuidad del servicio para los más pequeños, pero la edad en la que los niños empiezan a pagar billete varía de una ciudad a otra. En su mayoría oscilan entre los tres y los cinco años. Sin embargo, es creciente el número de ciudades que permiten la gratuidad del servicio mucho más allá de esta edad a través del uso de una tarjeta que no cancela billete y es gratuita. Así, en Sevilla no se paga hasta los 11 años, en Albacete, Girona, Burgos y Tarragona, hasta los 12, en Oviedo y A Coruña, hasta los 13, en Valencia, hasta los 14, en Valladolid, hasta los 15 y en Barcelona y Palma, hasta los 16.

En cualquier caso, todas las ciudades encuestadas cuentan con una modalidad de carné joven y/o de estudiante que permite aplicar tarifas reducidas a estos colectivos. Las únicas dos ciudades que no cuentan con ningún tipo de deducción en esta categoría son Soria y Cáceres. En ambas localidades, a partir de los 4 años se paga billete completo (salvo que el menor tenga derecho a algún otro tipo de bonificación social).

Sólo hay seis ciudades que no ofrecen la posibilidad de hacer al menos un transbordo entre diferentes líneas de autobuses durante un espacio de terminado de tiempo. Son Burgos, Ceuta, Huesca, León, Melilla y Teruel. En todas las que ofrecen esta posibilidad se contempla al menos un cambio de línea, pero el número de cambios difiere de unas a otras, hasta cuatro en algunos casos.

Casi todas las ciudades cuentan con bonificaciones para diferentes colectivos, como las familias numerosas o monoparentales, personas con diversidad funcional, pensionistas, jubilados, jóvenes y/o estudiantes, desempleados o algún tipo de bono social para personas en dificultades económicas. Sin embargo, no todas tienen bonificaciones para todos los colectivos. Así, Barcelona, que cuenta con numerosos títulos de viajes para diferentes perfiles, no contempla deducciones adicionales para jubilados o pensionistas, personas con diversidad funcional o un bono social. Soria sólo ofrece deducciones a jubilados o pensionistas y Teruel a éste colectivo anterior más estudiantes. Cáceres, por su parte, sólo ofrece bonificaciones para familias numerosas y bono social. Y Alicante, Almería, Cádiz, Granada y Jaén sólo ofrecen descuentos a pensionistas / jubilados, personas con diversidad funcional y jóvenes / estudiantes.

El billete univiaje, o también conocido como billete sencillo, cuesta de media 1,23 euros en 2020. Con respecto al año pasado, ha subido un 2,5%. La diferencia entre la ciudad más cara (Barcelona) y la más barata (Lugo) es de 275%.

Barcelona repite como la ciudad más cara para esta tarifa, 2,40 euros. Le siguen Palma de Mallorca (2 euros), San Sebastián (1,85 euros), Lleida (1,75 euros), Valladolid, Valencia, Tarragona y Madrid (todas con una tarifa de 1,50 euros). San Sebastián (1,75 euros), Madrid, Palma de Mallorca, Tarragona, Valencia y Valladolid, las cinco con 1,50 euros.

Entre las más baratas se encuentran Lugo (0,64 euros), Logroño (0,72 euros), Palencia (0,75 euros), Ceuta y Ourense (0,85 euros), Zamora, Soria y Melilla (0,90 euros).

Sólo siete de las ciudades encuestadas suben precios en esta modalidad. El resto, 44, mantienen las mismas tarifas que en 2019. Las mayores subidas son las de Lleida (45,8%) y Palma de Mallorca (33,3%).

Facua entiende que, al ser el billete sencillo una modalidad de viaje que utilizan normalmente usuarios no habituales, es razonable que su precio tenga un carácter disuasorio.


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