Durante el último año, el indicador global de electromovilidad (que valora la penetración de los vehículos electrificados y la instalación de infraestructuras de recarga de acceso público) ha alcanzado una valoración total de 15,3 puntos, lo que supone un crecimiento de 3,5 puntos respecto al año anterior. Nuestro retraso se evidencia de forma más pronunciada al compararnos con Europa, donde la media de los países se sitúa en un total de 33,7 puntos sobre 100, con un aumento de 7 puntos.

Tal y como destacó Anfac en la presentación de la Hoja de Ruta 2023-25 el pasado enero, el ritmo de desarrollo de la electrificación en Europa se está partiendo en dos, reflejando dos grupos con diferentes velocidades y donde España circula en el “vagón de cola”. En el grupo de cabeza, países como Alemania, Países Bajos o Reino Unido crecen por encima de la media europea, destacando también el caso de Portugal que gracias a una fiscalidad y medidas enfocadas en favorecer el desarrollo de la electromovilidad lo sitúan al mismo ritmo que la media en Europa, habiendo acelerado su ritmo de desarrollo. Mientras que España, con cerca de 15 puntos por debajo de la media europea se ubica al mismo nivel de desarrollo que países como Hungría, República Checa o Italia.

España sigue sin lograr acelerar el ritmo de desarrollo de infraestructura de recarga en 2022, ocupando así las últimas posiciones en el ranking europeo. En 2022, se ha alcanzado una valoración de 7,3 puntos sobre 100 en el indicador de infraestructura de recarga, que representa un aumento de 3,3 puntos. A pesar de este incremento, España se sitúa muy lejos del ritmo de desarrollo de la media europea que logra crecer en 6,7 puntos, hasta alcanzar una valoración total de 16,2 puntos. Una puntuación que sitúa a España 9 puntos por debajo del promedio europeo.

Durante 2022, la infraestructura de recarga de acceso público ha alcanzado los 18.128 puntos de recarga, lo que en comparación con el año anterior supone 4.717 nuevos puntos de recarga. El aumento registrado en el último año es insuficiente para alcanzar el objetivo marcado para 2022 de 45.000 puntos de recarga de acceso público, necesarios para dar cobertura al objetivo del PNIEC. Igualmente, al ritmo actual será difícil alcanzar los objetivos indicados en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia marcados por el Gobierno que fijan para 2023 entre 80.000 y 100.000 puntos de recarga de acceso público y 250.000 vehículos electrificados.

Por otra parte, del total de nuevos puntos de recarga instalados durante 2022, hay que destacar que el 55% corresponden todavía a potencias de 22kW o menos, es decir 2.582 puntos de recarga. En su totalidad, a cierre de 2022 para consolidar una red de infraestructura de recarga de calidad es necesaria la instalación de puntos de recarga rápidos por encima de los 22kW que permitan reducir los tiempos de carga de los vehículos electrificados. A cierre de 2022, solamente el 21% de la infraestructura de recarga de acceso público cumplía con esta condición.

Pero yendo más allá, solamente el 1,4% de la infraestructura de recarga de acceso público permite la carga a 250 kW o más, lo que permite tiempos de recarga de menos de 15 minutos.

Para tener una infraestructura de recarga con suficiente calidad es necesario contar con un tejido de puntos de recarga de acceso público con potencias superiores a 150kW que sea capaz de abastecer y facilitar el despliegue de vehículos electrificados. De igual modo, este tipo de infraestructuras será necesario para la movilidad eléctrica asociada a los vehículos pesados que parten de potencias de carga de 150 kW ya en la actualidad y requerirán potencias muy superiores en el medio–largo plazo.

 

 


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