La propuesta legislativa recoge que en los países de la UE deberá haber cargadores para vehículos eléctricos cada 60 kilómetros y estaciones de repostaje de hidrógeno cada 100 kilómetros.
Los eurodiputados también votaron a favor de otras mejoras como un aumento en la potencia de salida requerida para los cargadores de vehículos livianos y pesados, una implementación más rápida de las estaciones de servicio de hidrógeno y más transparencia para los consumidores, todo lo cual es recibido como pasos en la dirección correcta por la industria automotriz.
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