1. No arranque con prisas

El caucho de los neumáticos necesita un tiempo extra para conseguir su temperatura óptima de funcionamiento a causa de las temperaturas invernales. Un caucho frío hace que disminuya el agarre a la carretera y la respuesta de los neumáticos que controlan la moto merma en gran medida. Conducir a un ritmo medio durante los 15 primeros minutos del recorrido permite que los neumáticos alcancen una temperatura adecuada que garantice un nivel óptimo de seguridad y rendimiento.

2. Opte por la sílice

Son preferibles los neumáticos con alto contenido de sílice para atenuar el riesgo de deslizamiento que se multiplica en invierno. Integrada en los compuestos de caucho de los neumáticos premium, la sílice es un mineral arenoso que proporciona al neumático un mayor agarre en condiciones húmedas y frías. Aun así, incluso los mejores neumáticos enriquecidos con sílice no prevendrán todos los peligros del invierno. Mantener la atención sigue siendo esencial en áreas brillantes, frecuentemente sinónimo de hielo.

3. Compruebe el perfil de sus neumáticos

No tienes por qué limitarse a utilizar el mismo perfil de neumático que el original. Por ejemplo, en invierno, para una roadster se puede optar por neumáticos Touring. Las tecnologías que se utilizan en los neumáticos Touring ofrecen un mejor agarre y una óptima evacuación del agua, reduciendo el riesgo de deslizamiento. Esto es solo un ejemplo entre muchos: identifique sus necesidades y pida consejo a un experto en neumáticos. Cuidado, ya que no todos los tipos de perfiles son compatibles. Por eso es importante corroborar su elección con la ayuda de un profesional: por su seguridad, pero también para que todo esté en regla.

4. Compruebe el desgaste de sus neumáticos gracias a los indicadores

En la mayoría de los casos, los indicadores de desgaste son pequeñas protuberancias presentes en las ranuras del neumático. Cuando se alcanza el indicador, es necesario cambiar el neumático: la goma ya no es suficiente para garantizar un funcionamiento seguro, sobre todo porque las ranuras ya no tienen la suficiente profundidad para garantizar una correcta evacuación del agua. Además de los riesgos evidentes para la seguridad (especialmente en invierno por el aquaplaning), si conduce con los neumáticos desgastados podrían multarle en un control policial. Conviene saber que no es necesario cambiar los dos neumáticos al mismo tiempo. Esto tiene sentido, ya que el neumático trasero suele estar sometido a un mayor esfuerzo que el delantero y, por tanto, su vida útil es más corta.

5. Y, por supuesto, adapte tu conducción a las condiciones invernales

Es bien sabido que los suelos resbaladizos por la lluvia o por las heladas requieren conducir con más cuidado, lo que debe traducirse en una reducción de la velocidad y una conducción más suave, lo que permite disponer de un margen de anticipación en caso de retenciones o frenadas de emergencia. Para mayor garantía, lo recomendable es doblar la distancia de seguridad. Las claves de una buena conducción en invierno son reducir la velocidad, anticiparse y respetar las distancias de seguridad.

 

Fuente: Bridgestone


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