Tanto en los eléctricos puros, como en los híbridos enchufables, se produce un ahorro en sistemas de frenado, ya que la frenada regenerativa (que transforma parte de su energía cinética en energía eléctrica), hace que el consumo de pastillas de freno y discos sea menor que en un vehículo no eléctrico. Así mismo, al arrancar ambos siempre en modo eléctrico (incluso el híbrido enchufable que combina ambas tecnologías -eléctrica y combustión-), eliminan aquellas averías relacionadas con sistemas de embrague y reductores.

Por lo demás, en el resto de los elementos comunes con los coches de combustión (escobillas del limpiaparabrisas, dirección, neumáticos, climatización o suspensiones), el mantenimiento es similar, y solo hay que revisar que todo se encuentre en perfecto estado en un taller especializado.

Los usuarios deben tener en cuenta que la batería requiere un correcto uso para optimizar su vida útil, ya que van perdiendo capacidad con el uso y el paso del tiempo. Un exceso de cargas rápidas y una exposición de la batería a temperaturas extremas puede acortar la vida de la batería, por lo que es importante tener esto en consideración a la hora de realizar la recarga o de dejar el coche estacionado en determinados lugares durante largos periodos de tiempo. También es importante tratar con cuidado los cables de carga de nuestros vehículos y recordar que en procesos de carga debemos colocarlos completamente estirados y sin utilizar alargadores o adaptadores.

 

Fuentes: Northgate y Aedive


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