Además, el 20% de los encuestados que iba al trabajo en transporte público cambiará a la modalidad privada cuando todo esto haya acabado, mientras que todos los que lo hacían antes de la crisis lo seguirán haciendo después. No sólo eso: el 25% de los conductores habituales que se desplazaban andando al trabajo también usarán su coche para sus desplazamientos laborales desde que se acabe el confinamiento.
El 70% de los encuestados afirma haber tenido que conducir durante el confinamiento en algún momento. Entre ellos, el motivo más recurrente ha sido para hacer la compra (83%), muy por delante de otras casuísticas, como por ejemplo ir a la gasolinera (53%), trabajar o ir a la farmacia (39% ambas), o ir a casa de familiares mayores o dependientes (22%). Un 9% afirma haber utilizado el coche para actividades en las que, antes del confinamiento, usaba otra forma de desplazamiento. Un 3,5% ha sufrido alguna incidencia durante sus desplazamientos. De ellos, la mitad (48,4%) han necesitado de la ayuda de asistencia en carretera.
Desde que arrancó la cuarentena, más de la mitad de los conductores ha repostado (53%), un 43% ha comprobado el estado de la batería y aproximadamente uno de cada cinco han revisado la presión de los neumáticos. Un 20,6% afirma que no ha realizado ninguna operación relacionada con el mantenimiento o la revisión del vehículo.
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