Es el caso del municipio madrileño de Las Rozas de Puerto Real, con 555 habitantes, en el que el pasado año se matricularon 36 vehículos por habitante.
Los municipios considerados “paraísos fiscales” en el informe de AEA son los siguientes: Las Rozas de Puerto Real (555 habitantes); Colmenar del Arroyo (1.785), Patones (539), La Hiruela (65), Venturada (2.241), Robledo de Chavela (4.364), Redueña (270), Navacerrada (3.091), Torremocha del Jarama (1.075), Moralzarzal (13.334), y Brunete (10.760), en la Comunidad de Madrid; Aguilar de Segarra ( 282), Rajadell (534) y Sant Pere Sallavinera (151), en Barcelona; Sarratella (95), en Castellón; Castielfabib (308) y Puebla de San Miguel (61), en Valencia; Escorca (208), en Mallorca; Relleu (1.148) y Benidoleig (1.078), en Alicante; Retascón (62), en Zaragoza; Cañada de Calatrava (100), en Ciudad Real; Montejaque (949) y Macharaviaya (513), en Málaga, y Borox (3.958), en Toledo.
Por otro lado, un automovilista donostiarra paga un 46% más por el impuesto municipal de su automóvil que uno de Madrid, o un 150% más que uno domiciliado en Tenerife. Pero si se compara con un automovilista empadronado en alguno de los “25 paraísos fiscales” que existen en España las diferencias pueden alcanzar hasta un 900%.”
Esta es una de las conclusiones a la que ha llega el estudio realizado por la asociación de defensa del conductor Automovilistas Europeos Asociados (AEA) que, un año más, analiza las grandes diferencias de fiscalidad que existen en los municipios españoles respecto del Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM) y la existencia de auténticos “paraísos fiscales”
Este impuesto, creado en España hace treinta y dos años en sustitución del impuesto de circulación de vehículos (conocido también como “el numerito”), genera unos ingresos anuales de 3.800 millones de euros a las haciendas locales.
La alta fiscalidad que mantienen algunos ayuntamientos ha motivado el que numerosas empresas de alquiler y de renting hayan abierto suscursales en municipios con una menor presión fiscal.
AEA explica que el origen de este fenómeno de “los paraísos fiscales” hay que buscarlo en la eliminación del indicativo provincial de las matrículas españolas, en septiembre del año 2000, ya que esa circunstancia permite a las empresas de renting o alquiler de coches concentrar la matriculación sus flotas en municipios sin apenas habitantes y con un favorable tratamiento fiscal. A cambio, cada año les toca la lotería del “numerito” por el ingreso que reciben por un impuesto de unos vehículos que ni siquiera circulan, ni van a circular nunca, por esa población.
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