Se trata de un sector económico importante ya que alrededor del 40% de toda la flota privada española de autobuses, cerca de 17.500 autocares, prestan servicio de transporte escolar durante el curso, con 280 millones de desplazamientos y una facturación que representa el 13% del sector.

Si bien es cierto que las cifras de siniestralidad anuales reflejan que este es un sector seguro, siendo el primer colectivo de seguridad vial que alcanza el objetivo “visión cero” con cero fallecidos en siniestros de tráfico desde el año 2012, sí se producen siniestros en los que la velocidad inadecuada y las distracciones son las principales causas de los mismos.

Por este motivo, la campaña controlará especialmente que se circula a la velocidad permitida y que no se hace uso del teléfono móvil u otros aparatos que supongan distracción. También se realizarán controles de alcohol y otras drogas entre los conductores.

Además, debido a la importancia que tiene el cinturón de seguridad en caso de accidente, se prestará especial atención al uso de estos en aquellos autobuses escolares que los lleven instalados.

Por supuesto, tanto los agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, como las policías locales de aquellos municipios que decidan sumarse a la campaña, intensificarán las inspecciones sobre estos vehículos, comprobando que las autorizaciones y documentos que deben tener son los correctos para la prestación del servicio y verificarán también, tanto que las condiciones técnicas y los elementos de seguridad del vehículo sean los que exige la normativa, como los requisitos especiales que debe cumplir el propio conductor, como son el permiso de conducción o los tiempos de conducción y descanso.

El transporte escolar está sometido a una serie de normas de cuyo cumplimiento depende en muchos casos la seguridad de sus pequeños pasajeros por lo que es responsabilidad de todos exigir que estas se cumplan, ya sea a través de campañas como esta, de los centros educativos o de las asociaciones de padres que se encargan de contratar las rutas.

Entre otras cosas, desde el 20 de octubre de 2007, los autobuses que se matriculan deben llevar obligatoriamente instalados sistemas de retención (actualmente los llevan más del 60% de todo el parque de este tipo de vehículos), ya que el cinturón de seguridad es útil en cualquier trayecto, ya sea corto o largo, urbano o interurbano, y además, desde 2013, todos los nuevos vehículos deben contar también con un sistema de frenado de emergencia que se active automáticamente cuando detecta la posibilidad de una colisión.

 


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