Es uno de los retos a los que se tienen que enfrentar las grandes ciudades españolas si no quieren volver a un escenario de congestión, ruido y contaminación, cuando a partir del 21 de junio se vuelva a permitir la libre circulación por el territorio nacional.
Este desafío que tienen ante sí las ciudades es compartido por la Dirección General de Tráfico, que ha puesto en el centro del debate la oportunidad que tienen empresas, administraciones y ciudadanos para organizarse e implementar medidas que ayuden a rebajar la hora punta en los transportes para poder cumplir con la distancia social sanitaria, y evitar que se produzca un trasvase de usuarios del transporte público al vehículo privado.
Según Pere Navarro, director de la DGT “Si algo positivo se puede extraer de la pandemia del coronavirus, es que las ciudades pueden ser más humanas, más sostenibles y más limpias y que una vuelta a la congestión, al tráfico y a la contaminación sólo nos puede suponer como sociedad, más enfermedades y a largo plazo más muertes”.
Pese a que todavía no hemos alcanzado los desplazamientos que se estaban produciendo antes de la pandemia la intensidad circulatoria de accesos a ciudades y los movimientos urbanos se han ido incrementando de forma progresiva a medida que se ha ido avanzando en el plan de desescalada.
Durante los tres meses de restricciones a la movilidad los ciudadanos han descubierto otras ciudades hasta ahora desconocidas, ciudades más humanas, donde se ha recuperado espacio para el peatón y para otros modos de desplazamiento más limpios. Muchas ciudades no sólo en España sino en todo el mundo están impulsando el uso de otros medios de transporte más sostenibles, implementando carriles bici, ampliando el servicio público de bicicleta, taxi compartido o aceras más amplias… medidas muchas de ellas con vistas a permanecer en el tiempo.
Según Navarro, “la situación actual nos ha llevado a poner en marcha medidas hasta ahora minoritarias, medidas que han demostrado que son posibles y eficaces y que nos tienen que llevar a reflexionar para seguir realizando cambios que mejoren la vida de los ciudadanos. Las ciudades desde hace años se han convertido en motores económicos, pero solo aquellas que mantengan un equilibrio entre la actividad económica y la sostenibilidad serán competitivas. Para ello, administraciones, empresas y ciudadanos tenemos que hacer un trabajo conjunto y éste puede empezar por algo tan simple como es aplanar la demanda del transporte público y privado en horas punta”
Deja una respuesta