Existe una creencia muy extendida según la cual los retrovisores laterales deben orientarse de forma que se vea el costado del vehículo. Sin embargo, los espejos laterales no deben reflejar en lo más mínimo la carrocería del vehículo, sino que deben regularse justo al límite de esta. Con respecto al retrovisor central, debe regularse para que refleje lo máximo posible la luna trasera. De esta forma, si un vehículo nos adelanta, primero lo veremos en el retrovisor central y, sin que haya desaparecido por completo de él, empezaremos a verlo por el retrovisor izquierdo (los adelantamientos por la derecha están prohibidos, salvo en contadas ocasiones).

Antes de regular los retrovisores, debemos ajustar el asiento del conductor. Esta maniobra será especialmente necesaria cuando sean diferentes personas las que usan el vehículo. Recordamos que la posición óptima para conducir es con la espalda recta y las piernas y los brazos ligeramente flexionados, las primeras sobre el pedalier y los segundos sobre el volante. Ajustado el asiento, procederemos a regular los retrovisores como hemos indicado más arriba.

El Reglamento General de Circulación establece que todos los vehículos deben tener en perfecto estado los retrovisores obligatorios, algo que depende del tipo de vehículo. En el caso de los turismos, son obligatorios el central y el izquierdo, aunque todos los turismos nuevos incorporan de serie el derecho. En las motocicletas, es obligatorio el izquierdo, y el derecho en aquellas que superan los 100 km/h.

No disponer de los retrovisores obligatorios o llevarlos en mal estado conlleva una multa de 200 €.


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