En la organización de consumidores han comparado los precios de luz y combustible; lo que cuesta recargar el coche con los precios de finales de septiembre y lo que costaba hace un año y además lo han cotejado con lo que cuesta usar un vehículo tradicional tanto gasolina como gasoil.

Los aumentos de precios no están afectando únicamente a la electricidad, sino también a otras fuentes de energía, pues el precio de la gasolina se ha incrementado también un 22% en los últimos 12 meses. Para estudiar esa evolución, estiman el coste para un usuario que realiza unos 10.000 km/año con un vehículo de gama media.

En términos de consumo, esto supone unos 2.000 kWh de electricidad para el coche eléctrico. Han supuesto que se recarga en casa por la noche durante el horario valle y con la tarifa regulada PVPC.

En el caso de los vehículos de gasolina y gasoil, han estimado un consumo medio de 6 litros/100 km para diésel y 7 litros/100 para gasolina, lo que supone unos consumos de 600 y 700 litros respectivamente para 10.000 km.

Los resultados muestran un aumento espectacular del precio de la recarga del coche eléctrico, que pasa de unos modestos 190 euros a los 10.000 km a costar 447, esto es, 260 euros más en solo unos meses. El precio se ha más que duplicado, pese a que algunas medidas (reducción del IVA e impuesto de electricidad) han contenido esa escalada. Con estos datos, el plazo para amortizar la diferencia de precio ente un coche eléctrico y un modelo convencional equivalente se ha alargado en torno a un año y medio, tanto si se accede a las ayudas del Plan Moves para la compra como si no se aprovechan.

Hay algunas medidas que se pueden tomar para reducir el consumo en cualquier tipo de coche. Además, es posible buscar en el comparador tarifas con precios bajos para el periodo nocturno.

Para los usuarios del coche de gasolina, la subida ha sido de 181 euros y para el usuario de un coche diésel ha sido de 131. Son incrementos algo más moderados, pero también muy notables.

Incluso así, con unos precios de electricidad elevadísimos, el coste de conducir un coche alimentado por electricidad sigue siendo menos de la mitad de lo que cuesta llevar un coche de gasolina: 447 euros frente a 1.006 euros por cada 10.000 km.

Es previsible que esas diferencias sean mayores cuando los precios de la electricidad recuperen cierta normalidad, pero en estos momentos la diferencia se ha acortado (el año pasado, las recargas costaban la cuarta parte que la gasolina), lo que está desincentivando la necesaria descarbonización de la movilidad.

También han calculado cuánto pagaría un usuario de coche eléctrico si lo recarga siempre en las redes de recarga rápidas que existen, aunque es un escenario improbable, ya que normalmente solo se recurre a estas redes en los viajes u ocasionalmente.

Está claro que pagaría mucho más que recargando en casa, en el caso de usar la red Ionity, hasta 3 veces de lo que cuesta la tarifa valle. Esta red es también la única que, de momento, ha incrementado el precio que cobra por cada kWh, mientras Iberdrola y Easy Charger los han mantenido, aunque no se sabe durante cuánto tiempo.

Estos precios se incrementan claramente si se utilizan aplicaciones que permiten usar distinto tipos de redes como es el caso de Electromaps, Chargemaps o Plugin surfing.

La prueba de la OCU ha demostrado que, aunque todas las energías son caras actualmente, las subidas han afectado más a los coches eléctricos, lo que puede suponer un freno para su implantación y va claramente en contra de los objetivos de descarbonización que se han planteado.


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