– Financiación. Las autovías están financiadas por la Administración Pública, mientras que en las autopistas lo hacen empresas privadas. De ahí la existencia de peajes en estas últimas.
– Carriles. Aquí encontramos una de las diferencias más destacables. Mientras que en autovías la separación entre carriles acostumbra a ser una vía pavimentada, en las autopistas se delimita por una franja no transitable. Además, en estas últimas los carriles de incorporación son más largos.
– Diseño de carretera. Las autopistas se proyectan sobre carreteras donde se evita la incorporación de curvas, con la intención de poder mantener siempre una velocidad constante. No sucede lo mismo en autovías, donde existen tramos más ondulantes.
– Vía de servicio. Las vías de servicio son carreteras que discurren paralelamente a la principal. Tienen un límite de velocidad más bajo y las conectan con propiedades, edificios, etc. Las autopistas cuentan siempre con estas vías, las autovías no.
– Elementos comunes. Pese a estas diferencias y tal y como comentábamos arriba, son muchas también las similitudes entre autovías y autopistas. Ambas disponen de dos o más carriles por sentido y son vías de circulación rápida (de 60 a 120km/h aprox.). A las dos tienen prohibido el acceso peatones, bicicletas, ciclomotores y vehículos de movilidad reducida (patinete eléctrico, entre ellos). Cuentan, tanto unas como otras, con áreas de servicio, pensadas para el descanso y repostaje del vehículo.
Fuente: Applus-ITV
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