El airbag está considerado, en combinación con el cinturón de seguridad, como uno de los mejores sistemas para reducir las lesiones ocasionadas por un accidente de tráfico.

Su uso es fundamental porque permite reducir hasta un 30% el riesgo de muerte de un conductor y su copiloto en accidentes con colisión frontal.

Con el paso del tiempo, el airbag ha evolucionado. En los últimos años, los problemas de quemaduras más o menos graves y las sorderas temporales que provocaban se han minimizado. Mediante la tecnología se ha conseguido que el riesgo para la integridad física de las personas sea mucho menor. Esto es así gracias al gran avance de la electrónica y los sistemas de control en materia de seguridad.

Precauciones con los airbags de un coche:

– Nunca debemos apoyar los brazos, manos o pies en el airbag. Un airbag se dispara en pocas milésimas de segundo y otras tantas en desplegarse (medio segundo en total), por lo que estando muy cerca de él podemos tener lesiones más graves en una colisión.

– Debemos evitar siempre llevar el pecho a menos de 25 centímetros del volante o de la guantera.

– Debemos recordar alguna precaución más, como desactivarlo si viajamos con un niño en sentido inverso a la marcha en el asiento del copiloto. En cualquier caso, tras sufrir un accidente conviene pasar por el taller y revisar el estado de los airbags.

– Y no hay que olvidar que para que el airbag cumpla su función, el ocupante del vehículo debe de ir con el cinturón de seguridad correctamente abrochado.

 

 

Fuente: RACE


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