El interior también refleja una filosofía clara. El salpicadero integra dos pantallas panorámicas y se centra en lo esencial. En un claro contraste con los puestos de conducción sobrecargados de información y mandos, el Mokka presenta un diseño único y claro. Está claramente estructurado y resulta comprensible a simple vista. Los diseñadores han dado gran importancia a la desintoxicación digital. Con el fin de evitar posibles distracciones del conductor se ha asegurado que el sistema tenga un funcionamiento intuitivo. Dispone de botones para controlar las funciones más importantes, pero sin tener que navegar por submenús. El habitáculo es amplio y los usuarios disponen de diversos compartimentos para poder colocar objetos de manera cómoda.
Tecnológicamente implementa innovaciones que provienen de segmentos más altos. Entre ellas se incluyen avanzados sistemas como el control de crucero adaptativo y el asistente de mantenimiento de carril. El sistema de iluminación también ofrece tecnologías líderes con la iluminación matricial completamente adaptativa que no provoca deslumbramientos, que cuenta con 14 diodos y es única en el segmento. Todas las versiones cuentan en su equipamiento de serie con freno de aparcamiento eléctrico, así como reconocimiento de señales de tráfico. También está disponible una cámara de visión trasera panorámica de 180 grados, el asistente de aparcamiento automático, el asistente lateral y el aviso de vehículos en el ángulo muerto del retrovisor.
Los motores gasolina y diésel ofrecen un rango de potencias de 100 a 130 CV. Las pérdidas por fricciones internas se han minimizado. El turbocompresor también tiene una respuesta inmediata, con una elevada entrega del par motor a bajo régimen. Para el cambio están disponibles una caja de cambios manual de seis velocidades y una automática de ocho que destaca por la suavidad de su respuesta. Hay una versión 100% eléctrica que desarrolla 136 CV. Nosotros probamos la versión 1.2 turbo de gasolina y cambio automático de 8 velocidades que eroga 130 CV. Excelente su suavidad, agilidad y silencio, con buenas prestaciones y bajos consumos, muy contenidos tanto en el tráfico urbano como en el caso de que afrontemos un viaje por vías rápidas.
Al volante, se disfruta de una conducción segura. Si nos aproximamos demasiado rápido a un vehículo o peatón que están delante, el sistema avisa con una señal acústica al tiempo que muestra un mensaje en el centro de información al conductor. Si la colisión es inminente, se prepara el sistema de frenos y, si es necesario, efectúa automáticamente una frenada de emergencia para minimizar los efectos de una posible colisión. Por debajo de 30 km/h el sistema puede detener el vehículo por completo, evitando el alcance. Se pueden seleccionar diferentes modo de conducción que varían la respuesta del acelerador y la dirección. Con la transmisión automática de ocho velocidades se establecen tres modos de conducción: Sport, Eco y Normal.
En resumen, el Opel Mokka 1.2 130 CV AT8 es un producto muy convincente. Su diseño exterior es muy atractivo gracias a las llantas, así como el techo, los retrovisores exteriores en negro y los protectores delantero y trasero de estilo SUV. La característica línea roja en la línea de las ventanas crea un fuerte contraste. Su interior se destaca con el techo tapizado en negro, los pedales de aluminio y detalles en rojo. Los asientos negros con los laterales en cuero de primera calidad resaltan con las costuras rojas y distintos detalles estilísticos. Un todocamino original, con mucha personalidad y muy logrado desde el punto de vista mecánico, con buena aptitud tanto urbana como rutera. El precio de la gama arranca de los 24.000 euros.
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