Todo ello sin recargas intermedias, de modo que los operadores pueden simplificar la infraestructura de recarga, una operación que se lleva a cabo en la cochera en apenas 4 horas cuando el autobús no está en servicio durante la noche.
Esta innovación supone un punto de inflexión en la movilidad de las ciudades y en su avance hacia la política de cero emisiones marcada por la Directiva europea sobre vehículos limpios.
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