Según la OCU, que el parque de vehículos esté envejecido implica dos cosas: Por un lado, que muchos de los coches que están circulando son coches menos seguros que los que se venden en la actualidad, puesto que tienen menor equipamiento de seguridad, sin tener en cuenta que, con el paso de los años y los kilómetros, también se resiente su seguridad. Por otro, se trata de vehículos sin duda más contaminantes, ya que las normas anticontaminación entonces eran más laxas.

Aunque casi un cuarto de los coches tiene menos de 5 años, también hay uno de cada seis turismos con más de 20 años. Además el 8% de los coches en circulación tiene más de 30 años, es decir, son coches anteriores a 1990.

Además, crece el número de motos como alternativa de movilidad urbana, pero una de cada cuatro motocicletas tiene más de 20 años. Es especialmente grave el caso de las furgonetas: la tercera parte de las que circulan superan esta edad. Teniendo en cuenta todo esto, no es de extrañar que todavía haya más de un 25% de coches sin etiqueta ecológica, y una tercera parte con etiqueta B.

Ante planteamientos de cambio, la OCU plantea alternativas de movilidad más sostenible (desde el transporte público, a la bicicleta, o el carsharing o motosharing). Y anima a aprovechar las ayudas para la compra de coche, con planes como el Renove o el Moves de fomento del vehículo eléctrico. A juicio de la organización de consumidores son una medida ideal para rejuvenecer nuestro parque de vehículos y garantizar para todos una movilidad más segura, más limpia y más sostenible.


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