Los coches sin etiqueta de la DGT, diésel matriculados antes de 2000 y gasolina anteriores a 2006, son los principales emisores de óxidos de nitrógeno y partículas en suspensión, dos contaminantes atmosféricos especialmente nocivos para la salud.
Así lo reflejan las 376.000 mediciones recogidas a lo largo de 2019 en los accesos a la M30 (autovía de circunvalación de Madrid) en colaboración con OPUS RSE.
Dicho de otro modo, el 15% de los coches produce el 50% de las emisiones. Es lo más relevante de un informe de la OCU que destaca que la laxitud de los primeros límites de emisiones impuestos por la Unión Europea hace años y, sobre todo, de las pruebas de medición se han traducido en unos elevados índices de contaminación en los vehículos más antiguos. ¿Hasta qué punto son elevados?
Según la OCU, un turismo diesel que circula por Madrid sin etiqueta de la DGT emite hasta 10 veces más óxidos de nitrógeno (NOx) y partículas en suspensión (MP) que un turismo con etiqueta C (diésel matriculado a partir de 2014 y gasolina desde 2006). Si el vehículo sin etiqueta de la DGT es un turismo con motor de gasolina la contaminación sería hasta cinco veces superior.
Los vehículos más modernos apenas son responsables del 10% de las emisiones contaminantes. Hablamos del 45% del mercado automovilístico, que reúne a los vehículos con las etiquetas Cero emisiones y Eco, pero también con la etiqueta C.
Y es que la otra conclusión de este estudio es que, en condiciones reales de circulación, los turismos con Etiqueta C más modernos y de menor potencia (sobre todo los que tienen motor de gasolina) contaminan tan poco como muchos de los vehículos con etiqueta Eco (microhíbridos, híbridos no enchufables diesel y aquellos que funcionan con Gas Licuado del Petróleo anteriores a 2006) y etiqueta Cero Emisiones (ojo, tres de cada cuatro híbridos enchufables circulan con la batería agotada).
Alrededor de 40.000 personas mueren cada año prematuramente en nuestro país por la exposición prolongada a la contaminación atmosférica, especialmente a las emisiones de NOx y PM de los vehículos con motor de combustión, sobre todo en las ciudades.
La Ocu propone Un nuevo Plan Renove dirigido, precisamente, a la renovación de los coches más contaminantes, ese 15 % de vehículos sin etiqueta que circulan en una ciudad como Madrid produciendo al menos el 50 % de las emisiones. Ese Plan:
– No debería estar limitado a la compra de un coche con etiqueta Cero Emisiones o Eco. Los vehículos con etiqueta C, sobre todo los más nuevos, tienen un nivel de emisiones comparable y suelen ser más baratos.
– Siempre que sus emisiones sean bajas, debería permitirse que fuesen de segunda mano, por una simple cuestión de sostenibilidad (reducimos el impacto sobre el medio ambiente que supone fabricar un coche nuevo).
– Las ayudas deberían incluir también a quienes, sencillamente, desean retirar su vehículo antiguo para sustituirlo por el transporte público (el fin último es reducir el número de coches).
– En paralelo, este plan debe acompañarse de planes municipales y autonómicos de movilidad que prioricen el transporte público y limiten el acceso a la ciudad de los vehículos más contaminantes (políticas que suscriben una amplia mayoría de ciudadanos).
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