De esta manera, ha advertido la patronal de los concesionarios, los compradores de estos vehículos se verán afectados por la subida del Impuesto de Matriculación, efectiva desde el próximo 1 de enero, cuando se revertirán los tramos del Impuesto vigentes desde julio de 2021 y que, en la práctica, suponían una congelación de este tributo.

Los vehículos se encarecerán una media de entre 800 y 1.000 euros, según cálculos de Faconauto, que se verán obligados a asumir los clientes por dos situaciones totalmente excepcionales y coincidentes en el tiempo, como son la citada subida del impuesto y los retrasos en la entrega de sus vehículos por la crisis internacional de semiconductores.

Faconauto ha trabajado activamente en los últimos meses para explicar esta situación sobrevenida tanto al Gobierno como al resto de partidos políticos, insistiendo en la necesidad de una segunda prórroga de la aplicación de los nuevos tramos del Impuesto de Matriculación mientras se regulariza el mercado y para no penalizar injustamente a esos miles de compradores.

Por otro lado, a su juicio, una nueva prórroga permitiría, de cara a 2022, dar certidumbre al mercado y no lastrar aún más unas matriculaciones muy deprimidas principalmente por efecto de la citada crisis de los semiconductores y también por el impacto de la pandemia sobre la confianza de los consumidores.


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