El sector considera que esta situación perjudicial que afrontan tanto empresas como usuarios podría subsanarse sin que fuera necesario hacer una modificación general para todos los segmentos de la automoción.
Para esto, desde Anesdor han planteado la posibilidad de que las motos Euro5, reciban la etiqueta ECO, actualmente desierta en este tipo de vehículos. Otra opción sería que se las catalogara bajo una etiqueta “D” de nueva creación.
A juicio de Anesdor, la necesidad de modificar la clasificación es imperiosa teniendo en cuenta que en 2023 todos los municipios de más de 50.000 habitantes tendrán que disponer de una normativa de restricción de acceso al centro de las ciudades.
Las etiquetas de las motos y los coches no son equivalentes. La clasificación desarrollada por la DGT en 2016 distribuyó los distintitos por categorías dentro de cada tipo de vehículo. En la medida en que la inmensa mayoría de los municipios lo desconoce y aplica las normas basándose exclusivamente en la categoría es una injusticia manifiesta que los vehículos ligeros sean perjudicados.
Anesdor considera que debe ser una prioridad de la Administración ofrecer facilidades de acceso a las ciudades a los vehículos más sostenibles ya que esto contribuirá a mejorar la calidad del aire. Adicionalmente, los vehículos nuevos presentan también ventajas en el ámbito de la seguridad vial ya que estos cuentan con más y mejores sistemas de asistencia al conductor.
La etiqueta C actualmente incluye a las motos desde la etapa Euro3, que se introdujo en el mercado en el año 2006. Desde entonces, los límites de emisiones se han reducido en un 60% en monóxidos de carbono (CO) y en 71% en hidrocarburos y óxidos de nitrógeno (HC+NOx). El esfuerzo de los fabricantes para conseguir este salto tecnológico contribuye a la sostenibilidad y eficiencia de los vehículos que tienen a su disposición hoy en día los ciudadanos.
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