Ante todo, Aneac quiere disculparse de los posibles inconvenientes provocados por su acción de demanda a los usuarios de las vías, pero su situación «extrema e insostenible, agravada por el encarecimiento del gasoil, ha llevado a la mejor asistencia en carretera de Europa (según reconoce el propio director general de la DGT, Pere Navarro), a la adoptación de medidas drásticas que resuelvan definitivamente un sector en vías de extinción».
Hablando de números, el coste de los servicios de grúa no cubre ni una tercera parte de lo que supondría prestar el servicio, de acuerdo con el reciente Observatorio de Costes de Transportes (MITMA). Una disponibilidad de 24 horas durante los 365 días del año desenmascara aún más unos números inasumibles y descaradamente insuficientes, como son los 3,5 euros resultantes por hora de trabajo, según Aneac.
«Esta precariedad económica, sumada a las constantes exigencias, del todo inasumibles, de determinados clientes de las empresas de grúas, (aseguradoras, compañías de asistencia y clubes automovilísticos), como por ejemplo los tiempos de llegada al vehículo averiado o accidentado, ignorando las innumerables variables que condicionan la agilidad de respuesta, pero que en cualquier caso penalizan a las empresas de grúas, han llevado a tomar esta drástica actuación», según apuntan desde la patronal de las grúas.
En la convocatoría, la asociación solicita una «reunión urgente en una mesa de trabajo definitiva con: Dirección General de Tráfico, como institución reguladora del sector; Unespa, como institución patronal de las compañías aseguradoras y Ministerio de Economía, para la regulación de unas prestaciones económicas obsoletas y muy alejadas de las existentes en la Unión Europea».
Imagen: ADA
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