Esta propuesta de deducción fiscal responde no solo al auge del renting a particulares, con un crecimiento de 14 puntos en el parque de vehículos hasta el 16% en el periodo de 2015 a 2022, sino a la necesidad de impulsar aún más el sector, muy lejos todavía frente a países como el Reino Unido, donde el peso del renting en el mercado es ya del 40%.
A día de hoy, la legislación española solo permite a autónomos y empresas deducirse el renting, al contrario que en otros países europeos como en el norte de Europa, que en tendencias de movilidad suelen ir muy avanzados.
Por ejemplo, si tomamos como ejemplo un país del norte de Europa como Dinamarca, aquí las personas pueden deducirse hasta 1.500 euros al año si su vehículo es diésel o gasolina y hasta 2.700 euros si es de bajas o de cero emisiones.
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