En concreto, proponen trabajar en tres áreas:
1) La actualización de las políticas y de las normativas, al objeto de mejorar el examen de la vista de los conductores, haciéndolo más amplio y sistemático, tanto para obtener el permiso, como para renovarlo.
2) La concienciación sobre la relevancia de la salud visual de cara a una conducción segura. A este respecto, el documento señala la importancia de someterse a periódicos reconocimientos y adoptar buenos hábitos (llevar las gafas adecuadas, evitar la circulación en horas de baja visibilidad, etc.)
3) El incremento de estudios científicos rigurosos, que arrojen evidencia empírica y profundicen en la relación entre una visión deficiente y los accidentes de tráfico, especialmente en situaciones de alto riesgo, como la conducción nocturna, la conducción profesional, etc.
Durante la última década, Fesvial y el Intras, de la Universidad de Valencia, han llevado a cabo diversas iniciativas orientadas a cambiar la percepción que se tiene en España sobre la incidencia de una mala visión en la siniestralidad vial. En muchas de ellas, ha colaborado activamente la Confederación Nacional de Autoescuelas (CNAE).
Un ejemplo es el estudio pionero sobre la salud visual de los conductores españoles. Participaron en él, alrededor de 3.200 personas de las 17 Comunidades Autónomas, las cuales fueron sometidas a un protocolo especial para medir el estado de su vista. Se contemplaron tres variables: la agudeza visual, el campo visual y la recuperación de la pupila después de un deslumbramiento. Pues bien, casi el 30% de los conductores presentó desequilibrios visuales que requerían cuidados facultativos, pues representaban un peligro para la seguridad vial.
El protocolo desarrollado con motivo del mencionado estudio fue ofrecido gratuitamente a 1.500 ópticas de todo el país.
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