En su última edición, este estudio refleja cómo las firmas españolas mantienen las expectativas de crecimiento de sus flotas para este ejercicio, aunque menos de la media europea y del resto del mundo. Los principales retos que tendrán que afrontar las flotas serán la implantación de combustibles alternativos, gestionar el aumento en los plazos de entrega de los vehículos, así como el crecimiento de las zonas de bajas de emisiones en las principales ciudades y la subida del precio de los automóviles.
El 22% de las compañías españolas considera la movilidad como un factor estratégico para su funcionamiento y el 36% ya ha desarrollado un plan de movilidad. El 77% cuenta con al menos un servicio adicional para gestionar su movilidad; y el 70% utiliza, al menos, una solución de movilidad al coche de empresa. El aumento del teletrabajo ha motivado que el 20% de las empresas españolas haya realizado cambios en sus políticas de movilidad o se planteen implementarlos.
La preocupación por una movilidad más ecológica sigue creciendo en la cultura de las firmas españolas. La diversidad del mix energético y de las opciones electrificadas mantiene su crecimiento en las flotas corporativas: el 88% de las empresas ya cuenta o prevé implementar al menos una tecnología en los próximos tres años; con el vehículo híbrido como opción más demandada.
Algo más de la mitad de las empresas españolas prevé implementar la opción del renting como método de financiación de su flota. Esta previsión es más extendida en España que en el conjunto de la UE.
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