Su labor es fundamental para llevar los productos básicos a hospitales y mantener abastecidos los supermercados y tiendas de alimentación ante la situación insólita provocada por la crisis del Covid-19. Y para ello, los conductores profesionales han de realizar un duro trabajo de conducción durante muchas horas en la carretera, por lo que resulta de vital importancia que sus facultades se encuentren en perfecto estado y eso incluye su salud visual, uno de los aspectos que menos se tienen en cuenta al volante.
La mala visión es un factor de riesgo en la seguridad vial. De hecho, hasta un 5% de los accidentes de tráfico podrían relacionarse con problemas de visión. Por ello, es necesario llevar a cabo una revisión de forma anual y en profundidad, sobre todo en el caso de los conductores profesionales. De esta forma, se puede estar a tiempo de corregir determinados problemas visuales y prevenir las posibles consecuencias de no detectarlos. Y es que en muchos casos el conductor no es consciente de que su visión ha empeorado. Con una revisión anual exhaustiva se contribuye a una mejor seguridad vial, tanto dentro como fuera del trabajo.
Según el estudio Visión y Conducción, elaborado por el grupo Essilor, Cepsa, la Fundación Española para la Seguridad Vial (Fesvial) y el Instituto de Tráfico y Seguridad Vial (Intras) de la Universitat de València, el 34,8% de los conductores profesionales dice sufrir deslumbramientos de otros vehículos con mucha o bastante frecuencia. Además, estos presentan un tiempo de recuperación medio de 25.2 segundos. El tema del deslumbramiento cobra especial relevancia si tenemos en cuenta que a 120 km/h, un tiempo de recuperación de solo 5 segundos significaría recorrer 170 m sin una visión correcta. No obstante, además del deslumbramiento por las luces de otros vehículos, también hay que tener en cuenta aquellos que están provocados por el sol, un importante peligro al volante.
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