Este problema se ha atacado desde diferentes perspectivas. Por un lado, a través de la nanotecnología, para crear superficies súper hidrófobas que hagan innecesario limpiar el cristal, pues las gotas de agua resbalarían por él. Pero en la actualidad no existen recubrimientos que permitan prescindir de los limpiaparabrisas y que duren muchos años, aunque sí mejoran mucho la visibilidad. El tratamiento hidrófobo para parabrisas que ofrece Carglass, el más avanzado de mercado, mantiene su efectividad durante seis meses y mejora sustancialmente la visibilidad en las condiciones en las que el conductor más lo necesita: cuando llueve o nieva.
McLaren ha buscado la solución desde otro punto de vista. El fabricante de superdeportivos empezó a trabajar en 2013 en un sistema de ultrasonido de alta frecuencia (30 kHz), cuyas ondas disipan las gotas de lluvia sobre un cristal. Pero todavía no ha conseguido instalar este sistema en alguno de sus modelos de serie.
Tesla también ha realizado muchas investigaciones en este campo. Por un lado, ha patentado un sistema que se basa en un mecanismo electromagnético, en el que el brazo del limpia se desliza transversalmente a lo largo de todo el parabrisas por unos carriles. Este mecanismo se esconde bajo el capó cuando no está en funcionamiento. De esta forma, se puede cubrir toda la superficie del parabrisas e instalas las cámaras de los sistemas ADAS más arriba. Además, se reduce significativamente la fricción y se mejora la aerodinámica, lo que repercute en los consumos; y se eliminan muchos mecanismos susceptibles de sufrir corrosión con el paso del tiempo. Por otro lado, también ha creado un sistema para limpiar las cámaras y sensores de los sistemas de seguridad ADAS, alguno de los cuales van montados en el parabrisas. Esta tecnología emplea un sistema de detección de partículas y un disparador de rayos láser que es capaz de retirar el residuo sin atravesar el cristal.
Deja una respuesta