El Iron Motard puso punto y final al Mototurismo nacional y al autonómico valenciano. Particular yincana de carácter lúdico que transcurría por carreteras abiertas al tráfico, fue organizada por el MC Zona Roja. El carácter de esta modalidad permitía que se hiciese de forma individual o con copiloto, pudiendo darse cita todo tipo de motos y cilindradas ya que no primaba la velocidad, ni llegar el primero, sino la orientación, la navegación, la localización y las ganas de pasarlo bien con la moto, mientras el cuerpo aguantara.
No se trataba de una carrera, tampoco se requería habilidades especiales sobre la moto. Era una prueba de aventura en todo caso, de orientación y navegación en carretera, donde los inscritos tenían que localizar una serie de puntos determinados y pasar por ciertos controles desconocidos a priori, realizando en alguno de los tramos el menor número de kilómetros posibles.
El objetivo era cumplir el recorrido preestablecido y cada participante decidía qué itinerario hacía, cómo administraba sus paradas, reportajes y avituallamientos durante aproximadamente 12 horas. Se podía usar planos, GPS o lo que se quisiera; se hicieron más de 400 kilómetros organizando la ruta que cada uno elegía, puntos de avituallamiento, paradas y demás. La prueba finalizó en la localidad de Chiva donde se encontraba el parque cerrado para la verificación.
Posteriormente los participantes coincidiendo con la feria del comercio de Chiva, fueron obsequiados con un vino de honor para cerrar la prueba puntuable para la Copa de España de Mototurismo y el Campeonato de Mototurismo de la Comunidad Valenciana
Los ganadores en Orientación fueron Emilio Belmar Diaz, Roberto Estebanez y Joana Ferragud; en Regularidad, Emilio Belmar, Antonio Garcia y Jose Juan Quetglas. El piloto más lejano, Luis Miguel Lazcano; el copiloto más lejano, María Adoración Puebla y el Club más numeroso, MC Media Milla