Para ello, se establecerán diferentes puntos de control en todo tipo de carreteras, así como en los cascos urbanos, y a cualquier hora del día con el objetivo de evitar que personas que hayan ingerido alcohol o hayan consumido otro tipo de drogas circulen por las carreteras.

El consumo de estas sustancias constituye uno de los principales factores de riesgo en los siniestros de tráfico, tal y como recoge la Memoria 2021 de Hallazgos Toxicológicos en Víctimas de Accidente de Tráfico elaborada por el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses (INTCF)

La Memoria, refleja que en el 49,4% de los conductores fallecidos en carretera en 2021 y analizados por INTCF se detectó la presencia de alcohol u otras drogas o psicofármacos, aisladamente o en combinación y que, además, el 75% de estos conductores positivos arrojó una tasa de alcoholemia muy alta, igual o superior a 1,2g/L, lo que correlaciona grados de intoxicación muy severa.

Además, la Estrategia Española de Seguridad Vial 2030 señala como una de sus áreas estratégicas la “Tolerancia cero con los comportamientos de riesgo”, la cual identifica las conductas del consumo del alcohol y otras drogas como una conducta contraria a la seguridad vial.

Por este motivo, campañas como esta, que aumentan el impacto de la vigilancia mediante una mejor planificación y potencian además la vigilancia de las conductas de mayor riesgo mediante la aplicación de nuevas tecnologías, son líneas de actuación prioritarias para Tráfico.

 


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