Año tras año, los coches eléctricos e híbridos se ven cada vez más por las carreteras españolas. Aún hay una gran mayoría de coches que utilizan motores de combustión, aunque poco a poco la tendencia está cambiando. Si está barajando la posibilidad de comprar uno, tiene que valorar los pros y los contras y conocer su funcionamiento.
Una de las situaciones que pueden ocurrir con este tipo de vehículos es que su coche eléctrico se quede sin batería en un momento dado. Un coche eléctrico tiene una batería de 12 V (dedicada a la radio, las luces, los elevalunas eléctricos…), como la que utilizan los coches de combustión, y otra de mucho más voltaje (hasta 480 V) que va dedicada, sobre todo, al motor. En este artículo nos vamos a centrar en el segundo tipo de batería.
Arturo Miguel Rojo, responsable del servicio técnico del RACE, aconseja que “si puede evitarlo, no apure la energía de la batería porque puede reducir su vida útil, algo nada recomendable teniendo en cuenta que es la pieza más costosa de un coche eléctrico. Para que se haga una idea, pueden superar los 10.000 euros”.
Razones por las que no es aconsejable que su coche eléctrico se quede sin batería:
1) No podrá seguir la marcha, y le costará mucho empujarlo.
Rojo explica que los coches eléctricos pesan más que un coche convencional de sus mismas características, así que el simple hecho de empujar un coche andando va a costar mucho más y no es recomendable para la mecánica (se puede dañar la batería, el motor o el inversor). Algunos modelos del mercado permiten encender el coche en modo de emergencia para que pueda moverse a unos 10 km/h durante 1 km para colocarlo en algún lugar más seguro.
Los fabricantes no aconsejan remolcar un coche eléctrico que se ha quedado sin batería porque se activa la regeneración de la batería y esto no está adaptado para que funcione si el coche está apagado. Por eso, lo recomendable es subir el coche eléctrico a una grúa si se ha averiado.
2) Si circula sin batería, su batería va a sufrir. Los fabricantes, por norma general, recomiendan que siempre circule con una batería que esté entre el 20% y el 80% de su capacidad. Si lo hace fuera de estos rangos, las pilas que forman las celdas de la batería pueden perder su funcionalidad a largo plazo, sobre todo si lo hace repetidamente y cuando la batería está cada vez más próxima al 0%. De hecho, para evitar esto, las marcas incluyen un buffer, un elemento de seguridad que está dentro de las baterías y cuya función es que no se descarguen del todo (las deja al 2%). Por eso, cuando un coche eléctrico le marca un porcentaje de carga, en realidad tiene un poco más de lo que aparece en el cuadro de instrumentos.
3) La ansiedad por la falta de autonomía puede aparecer. No les suele ocurrir a los conductores de un coche de gasolina o diésel, pero un conductor de un coche eléctrico, si no es previsor, puede llegar a sufrir angustia (Range Anxiety) al ver en el ordenador de a bordo que su coche se queda sin batería rápidamente y no tiene ninguna electrolinera donde cargarlo.
4) Puede recibir una multa. Al igual que si se queda sin carburante en mitad de la carretera, si no tiene batería y se queda tirado en medio de la vía, es un hecho sancionable con hasta 200 euros de multa (artículo 90 del Reglamento General de Circulación).
Para que su batería tenga una larga vida, siga estos consejos:
Si hace mucho frío, tenga en cuenta que la autonomía de una batería va a bajar drásticamente. Si el fabricante le dice que su coche puede recorrer 200 kms, con frío puede bajar hasta el 50% de su capacidad. Si hace mucho calor, la batería va a sufrir mayor degradación. Si va a comprarse un coche eléctrico, téngalo en cuenta por si vive en una zona gélida o muy cálida. Lo ideal para las baterías de un coche eléctrico es una temperatura de entre 15 y 25 grados centígrados.
No haga, por normal general, una recarga rápida en corriente continua porque se va a deteriorar más rápido de lo normal. Lo mejor es que la carga sea lenta (unos 3 kW) y tarde unas 6-8 horas, dependiendo del nivel de energía con el que empezó a cargar.
Antes de quedarse sin batería, puede seleccionar el modo de conducción eficiente (en la mayoría de los coches eléctricos se denomina modo ‘eco’).
Los coches eléctricos consumen más rápido la energía almacenada en la batería si circula a alta velocidad. En ciudad va a tener más autonomía que en autopista.
Utilice la frenada regenerativa: los vehículos eléctricos tienen una frenada regenerativa que permite que, al dejar de acelerar, la batería se vaya recargando (esto también le va a permitir gastar menos dinero en cambiar las pastillas y los discos de freno). En algunos coches existen diferentes tipos de regeneración, dependiendo de si quiere que la recarga sea mayor (el concepto es parecido al freno motor que tiene un coche de combustión) o menor. Si le queda poca batería, puede recurrir a la primera opción.
Al igual que los coches de combustión, si conduce contra el viento, en cuestas muy pronunciadas o con el coche muy cargado, la batería se va a descargar rápidamente porque el motor necesitará más energía para mover el vehículo.
Algunos coches eléctricos, si tienen poca batería, desconectan directamente algunas herramientas de confort (nunca de seguridad) como la radio o el aire acondicionado para prevenir quedarse sin energía. Si no tiene esta opción automática, puede hacerlo manualmente.
Si su coche está cerca del 100% de la recarga no es aconsejable que vuelva a recargarlo de nuevo. Espere a que se descargue por debajo del 80%.
Si se queda sin batería hay seguros específicos para coches eléctricos que incluyen la recarga en el lugar donde se encuentre parado.
Fuente: RACE
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