Suzuki S-Cross SX4 Hybrid AllGrip
Nuestra última prueba de 2021 la protagoniza el Suzuki S-Cross SX4 Hybrid AllGrip. El modelo está ante su tercera generación. Los cambios estéticos son rotundos y se queda en un punto intermedio entre un SUV de tamaño grande y un SUV compacto perfecto para viajar y también para el tráfico urbano. El nuevo frontal cambia por completo y la parrilla aporta una personalidad bien diferente respecto al anterior, con la que bien podría ser la nueva imagen de marca de Suzuki. En la vista lateral es en la que mejor se percibe la mencionada evolución respecto a la segunda generación del S-Cross, mientras que la parte posterior es completamente nueva, muy bien definida por un amplio portón y un pronunciado spoiler que aporta un toque de deportividad.
En el interior, sus dimensiones le hacen ideal para un todo uso, perfectamente válido para acoger a cinco ocupantes, cuatro realmente cómodos sin renunciar a uno de los maleteros más generosos de su segmento, con 430 litros de capacidad. Puertas adentro nada recuerda a la generación anterior y aunque las cotas de habitabilidad son prácticamente las mismas da la impresión de mayor espacio y mejores materiales al tacto. En la consola destaca la pantalla de nueve pulgadas que preside la parte frontal y da acceso a todos los sistemas de comunicación e información, con Apple Carplay y Android Auto, reconocimiento por voz y Bluetooth entre otras cosas.
Mecánicamente, el S-Cross recurre al motor turbo 1.4 Boosterjet con hibridación ligera de 48 V asociado a una caja de cambios manual de seis velocidades en el caso de la unidad de pruebas cedida por el fabricante a nuestro digital. Un motor muy competitivo, sin zonas de bajo rendimiento, con una potencia de 129 CV a 5.500 rpm y un par de 235 Nm a solo 2.000 rpm, estable además entre ese régimen y las 3.000 rpm. Un motor que si por potencia y rendimiento convence, lo hace aún más por lo ajustado de sus consumos, con un gasto medio de solo 5,3 litros para cada 100 kilómetros en la unidad de cambio manual y tracción integral.
Tecnológicamente el modelo se ofrece con dos sistemas de tracción, delantera o total. Suzuki ofrece asociado a los niveles de acabado S2 y S3 el sistema de tracción a las cuatro ruedas AllGrip que dispone de cuatro modos de uso: Auto, Sport, Snow y Lock; un sistema con control electrónico del par motor que aporta sensacionales resultados en forma de mayor estabilidad y capacidad de tracción en las peores circunstancias. El vehículo emplea un diferencial viscoso central para repartir la potencia entre los ejes delantero y trasero. Cuando se produce una variación rotacional entre las ruedas delanteras y traseras, el embrague multidisco con aceite de silicona de alta viscosidad se acopla y transfiere el par a las ruedas traseras.
Al volante, el tacto de conducción, poco o nada tiene que ver con los anteriores S-Cross a los que reemplaza. Resulta cuando menos sorprendente el trabajo realizado por los técnicos de Suzuki, porque en realidad se trata del mismo coche aunque profundamente renovado. Un coche nuevo que emplea el mismo bastidor, la misma distancia entre ejes y sistemas de suspensión y tracción, pero con una transformación tan potente que podríamos hablar de un coche completamente nuevo con un resultado muy favorable en todos sus aspectos. El sistema dispone del control inteligente predictivo que se anticipa al posible deslizamiento en función de la superficie de la carretera, la posición del acelerador, el giro de la dirección, el ángulo de guiñada y otros factores, y asigna más par a las ruedas delanteras o traseras para evitarlo o compensarlo.
En resumen, el nuevo Suzuki S-Cross llega a su tercera generación con un diseño completamente renovado, más SUV que nunca, robusto, amplio, bien equipado y con un atractivo precio que arranca desde los 23.545 euros con los descuentos promocionales y de financiación incluidos. A día de hoy sigue manteniéndose fiel a sus orígenes y es uno de los pocos crossover de su categoría que dispone de un verdadero sistema de tracción a las cuatro ruedas, que combinado con su altura libre al suelo y la robustez de su carrocería y suspensiones, le permiten salir del asfalto con garantías.