Volkswagen T-Cross 1.5 TSI 150 CV DSG
Hoy analizamos la prueba realizada durante una semana al Volkswagen T-Cross 1.5 TSI 150 CV DSG. A pesar de sus medidas compactas, ofrece la apariencia y las líneas emocionales de un SUV, tanto en el interior como en el exterior. El aspecto individual y desenfadado incluye elementos que certifican su pertenencia la familia de crossovers de la marca, como el imponente frontal, los grandes pasos de rueda y una parte trasera especialmente amplia y dinámica, recorrida transversalmente por una banda reflectora enmarcada en un embellecedor negro que acentúa su presencia y vitalidad.
El interior se beneficia de un concepto especialmente innovador y flexible. Muy espacioso, su mayor ventaja radica en su gran versatilidad: gracias a la banqueta trasera desplazable, el maletero puede disponer de entre 385 y 455 litros. Si se abate el asiento trasero, el volumen aumenta hasta los 1.281 litros, el maletero más grande de su categoría. La alta posición de los asientos es típica de los SUV, y garantiza una alta visibilidad desde todas las plazas. El fabricante ofrece numerosas opciones de personalización y paquetes de diseño que incluyen tapizados de asientos en exclusivos tejidos, diferentes tableros del salpicadero y hasta 12 colores de carrocería.
El T-Cross cuenta con un gran número de asistentes de seguridad y la máxima conectividad, tales como el sistema de vigilancia frontal que incluye la detección de peatones y la función de frenada de emergencia en ciudad; el sistema de aviso de salida del carril; el asistente de arranque en pendiente; la protección proactiva de los ocupantes; así como los asistentes de ángulo muerto y de salida del aparcamiento. El control de crucero adaptativo se incorpora de serie a partir del acabado Advance. La aplicación Volkswagen Connect facilita la vida con el vehículo, a modo de asistente personal. A destacar la protección proactiva de los ocupantes que, en una potencial situación de accidente, cierra las ventanillas, tensa los cinturones y genera presión de frenado adicional.
En cuanto a las motorizaciones disponibles se puede elegir entre los motores 1.0 TSI de 95 CV con cambio manual de 5 velocidades, el de 115 CV disponible con cambio manual de 6 velocidades o de doble embrague de 7 velocidades, el 1.6 TDI de 95 CV, y el tope de gama, el 1.5 TSI de 150 CV, que era el propulsor instalado en la unidad de pruebas cedida a nuestro periódico digital por el fabricante alemán. Nos pareció un motor de gasolina muy interesante por ser más que suficientemente prestacional al tiempo que económico y ecológico, además de elástico y silencioso. Y con el cambio DSG forma un tándem excelente.
Al volante, con el T-Cross se disfruta de una perspectiva superior gracias a su posición de asiento elevada y a la buena visión panorámica. Los ocupantes observan una excelente visión de conjunto y una mayor sensación de seguridad. El interior es extremadamente espacioso y da la impresión de estar sentado en un vehículo más grande. Además, se puede adaptar de forma increíblemente sencilla y muy rápida a las más diversas necesidades. El vehículo ofrece una experiencia de conducción dinámica y eficiente. Implementa los sistemas de asistencia más modernos para que la conducción sea siempre cómoda y segura.
En resumen, el Volkswagen T-Cross es un crossover urbano versátil y práctico, que completa la extensa gama SUV de Volkswagen formada por T-Roc, Tiguan, Tiguan Allspace y Touareg. Es un modelo con un diseño atractivo, que cumple todas las expectativas gracias a su utilidad polifacética, su marcada seguridad y una conectividad inteligente. Tiene un precio asequible, amplio equipamiento de serie y gran polivalencia, pues es muy interesante tanto para ciudad como para carretera, además de ser válido a la hora de afrontar recorridos off road de dificultad media. El precio de la gama T-Cross arranca de los 19.000 euros.